-¡Soldado! ¡Hermano! ¿Sos vos?
-No, sólo soy un admirador suyo.
-Dale, no me tomes por tonto.
-Pero es que no estoy haciéndolo; el Soldado me apasiona.
-¡Pero sos hombre!
-Bruto, no en tal sentido. ¿Acaso la pasión es sólo sexual?
-¡Sí!
-Ah, puede ser... ahí viene SV.
Caminaba airoso (¿podés creer?), gallardo, ¡vanidoso! Qué vanidad, pensé yo, o grité... Debo haber gritado, porque...:
-¡Qué Eva ni que Hadad!
Qué bueno, tanto no ha cambiado...
No sé cómo logró tener un admirador, alguien que disfrute de verlo, de igualarlo... a mí la gente sólo me iguala la indiferencia, y generalente es complicado darme cuenta, indiferentemente, cuándo es que alguien responde con indiferencia a mi indiferencia... Debo ser un tipo bastante in-envidiable...
-¿En qué andás, che? Tanto tiempo... sos la estrella de nuestro Blog, aunque sólo brillás por ese Olimpo de gomina que te aplasta las ideas... ¿Te pagué el medio aguinaldo?
-No, no lo hiciste.
-Con razón le puedo poner tanto crédito al teléfono para gastarlo en ese-eme-eses que no logran respuesta...
-Pero, ahora que lo recuerdas, yo quiero mi medio aguinaldo.
-Que se ocupe Franquito.
-No, anda, hazlo tú, que esta noche salgo con una chava.
-¡Carajo, SV!, el Chavo ya es bastante feo, redundante y redundado; ¿porque buscás una versión femenina de algo tan despreciable?
-No, bruto, una chava: una muchacha.
-Jajaja, no me tomés por bol...
-Es en serio
-Jajaja, es en serio, me tomás por bol...
-¡Basta!
-Bueno.
-Ella es una dulzura.
-Disculpá... ¿Qué decís?
-Ella es como la Ulrike de El libro de arena, es más que Faustine... ¡es real!
-¡Epa!, se acrecentó la cultura de alguien... ¿cómo hiciste?
-Compré tus obras completas con el medio aguinaldo que me pagó Franquito.
(Ocurrióse un prolongado silencio).
-Eh, me parece que te pisaste solo.
-¡No!, me lastimé el pie solo, pero ocurrió al besármelo.
-No, SV, me parece que Franquito te pagó el medio aguinaldo y querés cobrarlo otra vez.
-¡No!, yo no dije nada de eso... ¿Acaso puedes grabar cada cosa que digo? No tienes pruebas...
-SV, todo lo que decís, no sólo queda escrito, sino que además nace de mi cabeza.
-¡Ah!... un coche con cohetes y pantalones con un agujerito para el caño de escape... ¿has podido pensar eso?
-Sí, a veces no sé hasta dónde me vuela la imaginación.
-Me retiro...
-¿Te ofrezco un cigarro?
-Anda, no tengo un duro...
-(¡Qué pésimo mentiroso!) ¡Fumá una hoja de mi libro!
-Tu libro no existe, tú lo has inventado para que yo lo dijera.
(Segundo silencio; entran los extras, las bailarinas y se modifica la escenografía... La escenografía vuelve a ser la anterior, las bailarinas y los extras salen sin decir vocablo porque nada tienen que ver).
-Ahora veo... Ocurre que inventar y gozar con ello es más fácil que observar la realidad e intentar no sufrirla...
-Suerte con tu chica, Bruno.
Qué triste es desearse suerte a uno mismo.
Originalmente publicado el 28.12.05
-No, sólo soy un admirador suyo.
-Dale, no me tomes por tonto.
-Pero es que no estoy haciéndolo; el Soldado me apasiona.
-¡Pero sos hombre!
-Bruto, no en tal sentido. ¿Acaso la pasión es sólo sexual?
-¡Sí!
-Ah, puede ser... ahí viene SV.
Caminaba airoso (¿podés creer?), gallardo, ¡vanidoso! Qué vanidad, pensé yo, o grité... Debo haber gritado, porque...:
-¡Qué Eva ni que Hadad!
Qué bueno, tanto no ha cambiado...
No sé cómo logró tener un admirador, alguien que disfrute de verlo, de igualarlo... a mí la gente sólo me iguala la indiferencia, y generalente es complicado darme cuenta, indiferentemente, cuándo es que alguien responde con indiferencia a mi indiferencia... Debo ser un tipo bastante in-envidiable...
-¿En qué andás, che? Tanto tiempo... sos la estrella de nuestro Blog, aunque sólo brillás por ese Olimpo de gomina que te aplasta las ideas... ¿Te pagué el medio aguinaldo?
-No, no lo hiciste.
-Con razón le puedo poner tanto crédito al teléfono para gastarlo en ese-eme-eses que no logran respuesta...
-Pero, ahora que lo recuerdas, yo quiero mi medio aguinaldo.
-Que se ocupe Franquito.
-No, anda, hazlo tú, que esta noche salgo con una chava.
-¡Carajo, SV!, el Chavo ya es bastante feo, redundante y redundado; ¿porque buscás una versión femenina de algo tan despreciable?
-No, bruto, una chava: una muchacha.
-Jajaja, no me tomés por bol...
-Es en serio
-Jajaja, es en serio, me tomás por bol...
-¡Basta!
-Bueno.
-Ella es una dulzura.
-Disculpá... ¿Qué decís?
-Ella es como la Ulrike de El libro de arena, es más que Faustine... ¡es real!
-¡Epa!, se acrecentó la cultura de alguien... ¿cómo hiciste?
-Compré tus obras completas con el medio aguinaldo que me pagó Franquito.
(Ocurrióse un prolongado silencio).
-Eh, me parece que te pisaste solo.
-¡No!, me lastimé el pie solo, pero ocurrió al besármelo.
-No, SV, me parece que Franquito te pagó el medio aguinaldo y querés cobrarlo otra vez.
-¡No!, yo no dije nada de eso... ¿Acaso puedes grabar cada cosa que digo? No tienes pruebas...
-SV, todo lo que decís, no sólo queda escrito, sino que además nace de mi cabeza.
-¡Ah!... un coche con cohetes y pantalones con un agujerito para el caño de escape... ¿has podido pensar eso?
-Sí, a veces no sé hasta dónde me vuela la imaginación.
-Me retiro...
-¿Te ofrezco un cigarro?
-Anda, no tengo un duro...
-(¡Qué pésimo mentiroso!) ¡Fumá una hoja de mi libro!
-Tu libro no existe, tú lo has inventado para que yo lo dijera.
(Segundo silencio; entran los extras, las bailarinas y se modifica la escenografía... La escenografía vuelve a ser la anterior, las bailarinas y los extras salen sin decir vocablo porque nada tienen que ver).
-Ahora veo... Ocurre que inventar y gozar con ello es más fácil que observar la realidad e intentar no sufrirla...
-Suerte con tu chica, Bruno.
Qué triste es desearse suerte a uno mismo.
Originalmente publicado el 28.12.05
No hay comentarios.:
Publicar un comentario